La Dirección de Centros Vecinales trabaja en el mapeo de cada una de las barriadas para tener precisiones respecto de la situación actual y de las principales problemáticas.
Los agentes relevan la antigüedad del barrio, ubicación, calles principales, cantidad de viviendas, manzanas, lotes, familias, cuadras, terrenos baldíos, su población, características de infraestructura en cuanto a servicios de agua potable, cloacas, alumbrado público, desagües pluviales, gas, calles pavimentadas, calles de ripio, veredas, rampas, semáforos, nomencladores, cestos de residuos, refugios y señalética. También informan el acceso de los vecinos a los servicios de seguridad, educación, sanidad, culto, deportivos y transporte público; y cantidad de edificios públicos y espacios verdes, entre otros indicadores.
“El equipo técnico delimita el polígono, las manzanas, las codifica, el equipo de campo sale con todos los instrumentos necesarios para hacer el relevamiento y después vuelve al equipo de técnico para decodificar y georeferenciar. Vamos haciendo correcciones de polígonos, de límites, vamos detectando calzadas que aparecían que estaban pavimentadas y no era así”, entre otras tareas, precisó Elisa Márquez, titular del área. “El territorio es una herramienta para lograr la credibilidad del vecino, que sepa que hay un municipio presente, donde el eje es la persona, es el vecino, la voz de la ciudad que se está expresando y que nosotros estamos escuchando y vamos atendiendo lo que nos dice”, cerró.